Marc Márquez ha definido sus objetivos y expectativas para Honda. Mientras tanto, también es consciente de que esta es su última oportunidad para su brazo.
El piloto del Repsol Honda Marc Márquez está cada vez más cerca de su vuelta, la tarde del miércoles ha llegado la noticia de que ha recibido el permiso para retomar los entrenamientos en moto. Este es definitivamente un desarrollo positivo, y el ocho veces campeón mundial puede enfocar completamente su atención en regresar a las peleas de la categoría rey lo antes posible.
Honda está atravesando un período difícil, ya que no ha podido lograr un podio desde el día inaugural en Qatar, mientras que en el Gran Premio de Alemania en junio no sumó un punto de campeonato por primera vez en 40 años. La ausencia de su estrella tampoco ayudó en nada. Mientras tanto, el español cuestionó recientemente la visión del proyecto. Sin embargo, una cosa está clara, si Márquez finalmente regresa, querrá una bicicleta ganadora. Si eso no sucede, insinuó que podría necesitar explorar sus opciones.
“Depende de Honda, ¿cuánto les doy? Me quedan dos años de contrato. No lo negaré. Siempre digo: ‘Honda es Honda, la marca de mis sueños’. Me dieron mucho respeto y estoy muy agradecido por todo lo que hicieron, pero mientras esté compitiendo y creo que estoy a un buen nivel, quiero un proyecto ganador. Pero también…» Márquez le dijo recientemente a Izaksun Ruiz de la emisora española DAZN.
Márquez no dio más detalles sobre esos comentarios, pero parece que otro largo descanso no puede apagar su deseo de estar en su mejor momento cuando finalmente regrese. También admitió que el despido fue tan difícil mentalmente como físicamente. Muchos forasteros especularon que podría decidir colgar su casco protector debido a sus heridas, y su propio abuelo sugirió que lo hiciera, pero Márquez estaba hecho de madera más dura.
“Mi abuelo me dijo: ‘Vamos, párate, tienes para vivir, lo que hiciste, lo hiciste, párate’. Le prometí a mi abuelo: «Te lo prometo, esta es la última oportunidad para mi brazo. Le dije que si no funcionaba… no había más posibilidades. Mentalmente es difícil: me quitan la correa, yo empiezo a mover el brazo, puedo levantar un vaso normal y comer un trozo de carne sin levantar el codo. Ahora como como una persona normal, solo cositas. No he levantado el brazo 90 grados en un año. Ya en dos picos, pero habrá puntos bajos, sucede».
El as de Repsol Honda también estuvo presente en los pits del equipo en Austria durante el fin de semana y siguió los eventos que tuvieron lugar en el Red Bull Ring. Realizó una conferencia de prensa separada el jueves pasado donde habló con franqueza y en profundidad sobre el proyecto actual de Honda y cuánto cree que se necesita un cambio de visión si quieren restaurar su estatus en la categoría de MotoGP.
«No está perdido, pero está en un punto en el que sería muy fácil entrar en pánico. Y cuando entras en pánico, tomas decisiones espontáneas, decisiones rápidas de las que puedes arrepentirte más tarde. Lo bueno es que no hay nadie en el equipo que anda con los ojos vendados. Yo les dije: No crean que cambiando de piloto se soluciona el problema» – continuó la conversación con Ruiz.
«Esto no es un desastre. Es como un rompecabezas, todas las piezas están sobre la mesa y algunas están volteadas. No quiero molestar a nadie, pero en mi forma de trabajar, siento que la información es perdido, muy buenas ideas, solo porque… no sé, a veces los correos electrónicos se pierden”.
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En cuanto a 2023, Márquez apunta a volver a ganar. Como suele decirse en MotoGP, tu primer rival es tu compañero de equipo, y aunque todavía no sabemos quién será su próximo compañero, el español no se lo espera con la boca abierta, quiere volver a ser el mejor.
“Mi objetivo es ganarle si llega un nuevo compañero. No me importa si eres un novato o un campeón del mundo como Mir. Quiero que gane un lado del box o el otro, pero con las dos motos, como fue en 2013 cuando vine”.